martes, 24 de abril de 2012

Cultivo de la sandía y el melón

Las condiciones de suelo y clima de nuestro país son excelentes para producir tanto el melón como la sandía, ya sea en la Región Oriental o en el Chaco. Ambos rubros tienen muy buena demanda durante el verano, especialmente la sandía, por ser jugosa y refrescante. Las nuevas variedades y técnicas permiten al productor cosechar anticipadamente o fuera de época, a fin de obtener mejores precios.
Productores nacionales están cultivando sandía mediante prácticas apropiadas, lo cual permite ofrecer en el mercado nacional excelente calidad, durante un período cada vez más largo. Asimismo, también se cultivan melones de muy buen rendimiento, que se comercializan en los mercados de la capital, por lo que muchos piensan que son frutas traídas del exterior.

La sandía

La sandía es una hortaliza rastrera que produce frutos grandes, alargados o redondos, muy apreciados por su sabor dulce y refrescante. Tiene mayor demanda durante los meses más caliente del verano.

La sandía es un cultivo de zonas calientes, con mucho sol y suelo fértil. Su sistema radicular es bastante desarrollado, profundo y lateral, lo que le confiere una gran resistencia a la sequía. El riego puede ser dañino cuando los frutos están formados, por el riesgo de agrietamiento y la disminución en la cantidad de azúcares.

La sandía prefiere suelos francos, ricos en materia orgánica, con un pH de 5.5 a 6.5. Se puede adaptar en otras condiciones, siempre que el suelo esté suelto y drenado adecuadamente.

Epoca de siembra

Tradicionalmente suele sembrarse la sandía en agosto y setiembre, y de esta manera se satisface la demanda durante unos tres meses, diciembre hasta febrero.

Con la siembra tempranera, normal y tardía se consigue satisfacer la demanda durante un periodo más largo, pero lo más importante es que mediante la siembra escalonada se consiguen mejores precios ofertando la fruta fuera de
época, es decir, fuera del tiempo normal cuando hay una excesiva cantidad en los mercados, que supera la demanda y bajan los precios.

Para la siembra tempranera, es decir, antes de que pase del todo el invierno, muchos productores siembran la semilla de la sandía en hoyos donde no solamente pueden abonar, sino también cubrir con ramas para protegerla contra el frío. De esta manera, cuando crece la planta ya llega el calor y se desarrolla adelantando la fructificación.

También se emplean macetas para la siembra tempranera, lo que permite proteger las plantas en invernaderos de plástico. La sandía se puede producir muy bien en el Chaco, pues no es exigente en materia de agua; por el contrario, mucha lluvia le perjudica, y en caso de sequía, basta regar cada planta con un jarro de agua.

Tradición de diciembre

Era una tradición iniciar la venta de la sandía coincidentemente con las fiestas de Caacupé, es decir, al entrar diciembre. Pero ya se adelantó el comienzo de la cosecha mediante la manipulación de la siembra que se realiza actualmente antes de terminar el invierno. En ciertas zonas como la del Norte, donde hay muy pocas heladas, en julio y aun antes, ya se puede sembrar la sandía.

En áreas de Paraguarí también se recurren a prácticas simples, como la siembra en pequeños hoyos y coberturas de ramas y hojas para proteger las plantitas de los fríos. Esta forma de sembrar además facilita el abonado.

Pero no solamente se puede adelantar la siembra, sino también se puede seguir haciéndola en la época normal y en forma tardía, práctica que permite seguir ofertando la fruta durante los meses de marzo y abril.

Cosecha

La cosecha de la sandía se inicia a los 75 a 95 días después de la siembra, según las variedades. Los frutos maduros se reconocen por los siguientes signos:
Ruido sordo, al golpear la cáscara.

Pedúnculo seco del fruto.

Mancha basal del fruto (parte en contacto con el suelo) pasa del color blanco al color crema.

Polvo blanquecino, parecido a la cera, cubre el fruto.

Los rendimientos esperados varían de 300 a 550 docenas de frutos por Ha., según la época del año y las condiciones del cultivo.

Cultivo del melón

El melón es una hortaliza rastrera que produce frutos redondos u ovalados, muy apreciados por su sabor; los mismos se pueden comer en forma fresca o en jugo. La cosecha se inicia a partir de los 90 días después de la siembra, dependiendo de las variedades; la selección de los frutos se debe hacer de acuerdo al tamaño, estado de madurez y presentación.

El melón es una fruta que tiene mayor demanda cada año gracias a la introducción de distintas variedades en nuestro país, y representa actualmente un rubro de renta para los productores comerciales de hortalizas, quienes cultivan esta fruta en la misma parcela después de cosechar el tomate. El hecho de emplear la parcela donde hubo tomates para cultivar el melón obedece a la ventaja de contar con tierra bien abonada con nutrientes que no han sido consumidos por aquella hortaliza.

Esta complementación que se realiza principalmente en las zonas deforestadas y degradadas también obedece al cambio climático, pues en La Cordillera, Central y Paraguarí ya no se puede seguir produciendo tomate en la temporada
de calor, mientras que el melón sí puede producirse.

Cultivo

El melón es exigente en suelo fértil, que a la vez debe ser arenoso, bien permeable y profundo. Asimismo, exige un clima cálido que debe oscilar entre 15 y 28 grados de temperatura. El melón puede sembrarse todo el mes de octubre y hasta noviembre, aunque la mejor época es setiembre.

La siembra se realiza en hoyos con azada y en lugar definitivo. Los liños deben separarse 1 metro y medio a 2 metros entre ellos, mientras las plantas u hoyos se han de separar 1 metro entre uno y otro.

Temperatura del aire de 25 a 30 grados ayuda a la mejor germinación, todo lo cual demuestra que Paraguay podría llegar a producir grandes cantidades de esta fruta para la exportación.

Cuidados

El melón no requiere más que el raleo oportuno, algunas carpidas, el aporque y, si fuere posible, una buena cobertura.

Esta cobertura del suelo bajo las ramas se puede hacer con rastrojos de maíz o paja, con lo cual se consigue controlar la temperatura, pero a la vez se obtienen frutas limpias, libres de hongos, ya que las mismas no tocan el suelo, sino el material de cobertura.

Tecnología

El melón, con las variedades de frutas pequeñas, se presta para un cultivo con aplicación de tecnología moderna, que inicialmente era aplicada solamente en nuestro medio por colonos orientales, permite la producción bajo invernaderos en macetas o planteras, con las ramas extendidas hacia arriba con tutores o sostenedores de cuerdas de nylon. Las frutas pequeñas, pero deliciosas, se desarrollan colgadas de las propias ramas sin inconvenientes.

Esta tecnología sencilla, fácil de aplicar, no solamente permite producir el melón en periodos más largos del año, sino también en gran cantidad en pequeños lotes de terreno.

Cosecha

Los melones suelen agrietarse alrededor de los tallos cuando maduran y se desprenden con facilidad de los mismos. Si se tiene experiencia, se les pueden dar unos golpecitos: suenan a hueco cuando están maduros. Algunos
expertos los colocan entre sus manos y rodillas y los huelen para comprobarlos. No hay que tocar los melones hasta el momento de cortarlos.

Para la cosecha, las frutas de los melones deben ser separadas de las plantas por medio de cortes nítidos, practicados en forma tal que los frutos lleven consigo un buen trozo de pedúnculo.

Selección y transporte

La selección se debe hacer de acuerdo al tamaño de los frutos, su estado de madurez y su presentación. Los melones destinados a la exportación deben ser embalados correctamente para que no se golpeen los frutos durante el manipuleo y el transporte. Otra manera de conservar la calidad de los frutos, es poniéndolos sobre camadas de paja seca.

Producción de semillas

Una vez realizada la cosecha, se deberán marcar las plantas más vigorosas, sanas, y que respondan exactamente a la variedad cultivada. Cuando los frutos adquieran un diámetro de 8 a 10 cm., es conveniente efectuar un raleo, dejando uno o dos por planta, los que solo deben ser cosechados cuando alcancen su total maduración.

Llegado este momento se cortarán los pedúnculos y se transportarán los frutos al galpón donde deberán permanecer dos o tres días antes de abrirlos y retirarles las semillas.

Una vez extraídas las semillas se deben lavar repetidamente con agua limpia, luego extender sobre lienzo para secarlas a la sombra. Prácticamente, el poder germinativo de las semillas del melón dura 3 ó 4 años.

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